Sedes abandonadas

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12/09/2011

Algunos módulos del extinto organismo no albergan a ningún uniformado y se mantienen con un “vigilante
KEILYN ITRIAGO MARRUFO

Han pasado más de cinco meses desde que el Ejecutivo publicara en Gaceta Oficial la resolución en la que ordena liquidar la Policía Metropolitana (PM), y pese a que ya también culminó la prórroga de 90 días para el cese de funciones y la adecuación mediante el traslado de otros cuerpos de seguridad a los módulos existentes, el destino de muchos de ellos es incierto. Algunos están fuera de operatividad y otros tomados por particulares.

Jesús González, vecino de la parroquia El Recreo, asegura que en más de una oportunidad ha visto movimientos de gente extraña en el establecimiento de la PM ubicado detrás de La Previsora. A su juicio, “el espacio parece que tiene un uso de recreación pues gente no uniformada entra y sale, eso parece una rochelera, mientras que los vecinos sufrimos cada día los azotes del hampa”, agrega.

“Bien cuidaíto”

Cuando el personal de TalCual visitó el lugar, fue recibido por el sargento Ramón González, quien explicó que el módulo no alberga a ningún cuerpo de seguridad pero sí está a la espera de la ocupación por parte de la Policía Nacional Bolivariana (PNB). Además, manifestó que él mismo está custodiando el sitio para que no esté completamente solo y sea tomado por extraños.

En el sector Pinto Salinas, desde hace cuatro meses reside en el módulo de la PM un ex funcionario retirado del organismo que afirmó estar allí por orden del mayor Ramón Vivas, quien le entregó el espacio a la junta de acción comunal.

El ocupante, que prefirió mantenerse en el anonimato, indicó que el lugar requiere de la intervención de algunos ingenieros debido al deterioro que presenta, “y mientras tanto yo lo resguardo”. Según lo que dejó ver, posiblemente para el mes de diciembre se trasladen los funcionarios de la PNB o de la Guardia Nacional Bolivariana.

En San Bernardino, tal como lo han venido denunciado sus habitantes, la antigua sede la PM ubicada en la avenida Arístides Rojas sufrió una especie de “autoinvasión”, puesto que fue tomada por un ex funcionario despedido que decidió habitarlo con su esposa e hija.

José Quintero, líder comunitario de Petare, sostiene que la situación en este sector es similar puesto que los establecimientos del extinto cuerpo de seguridad están desolados, y en consecuencia la seguridad se ha incrementado sin poner reparo.

TalCual intentó contactar al director de la PNB, Luis Fernández, para que ofreciera información sobre estas irregularidades, pero no obtuvo respuesta.

Sin pago

Así como las sedes, muchos de los ex trabajadores policiales no han calificado para ingresar al cuerpo de la Policía Nacional por lo que se encuentran en una suerte de limbo, en el que tampoco han percibido la liquidación correspondiente, a pesar de que fueron aprobados 369 millones para pagar esos pasivos laborales.