Radiografía de una avenida
Casanova y Solano se ahogan en tráfico por autos estacionados
Vehículos y motos aparcan en vías de Sabana Grande y Las Delicias
Conectan a la avenida Libertador con Bello Monte y a Sabana Grande con Chacaíto y con Plaza Venezuela. Sirven de frontera entre los municipios Libertador y Chacao. Las avenidas Casanova y Francisco Solano López, paralelas entre sí, tienen su geografía repleta de comercios y edificios patrimoniales.
A sendas vías las recorre el tráfico en constante atasco ocasionado por múltiples razones. Una de ellas, la más evidente quizá, es que parte de sus canales funcionan como estacionamiento para vehículos y motos.
La Casanova estrenó hace un par de meses un semáforo moderno con contador de segundos que colocó la Alcaldía Metropolitana. A pocos metros empieza la congestión debido a que los conductores aparcan en el canal derecho.
Una línea de taxi permisada también tomó un canal en frente del Centro Comercial El Recreo, y quienes desean cruzar hacia Bello Monte deben tomar eso en cuenta. Por el rayado del semáforo circulan cientos de peatones que deben sortear motocicletas y vehículos.
"Los turistas de los hoteles cercanos se sorprenden del caos del tráfico. Es muy agudo al mediodía y a partir de las 4:30 p.m. Las cornetas de los carros suenan a lo largo de toda la avenida", señaló el encargado de una farmacia de la zona.
Los autobuses recorren la Casanova hasta conectar con la avenida Tamanaco de Chacaíto. La falta de paradas demarcadas hace que se detengan en casi cualquier punto de la vía y se incrementa la tranca.
"Van haciendo competencias por los pasajeros y los motorizados van en zigzag. Hay pequeños choques a diario", comentó Lorena Torres, quien trabaja en una venta de colchones.
La avenida guarda aun rincones con rasgos de arquitectura privilegiada. Por eso, el Instituto de Patrimonio Cultural ha declarado bienes de interés cultural a los edificios Los Aleros, El Taladro, Humboldt, Montealegre, María Auxiliadora y el centro Cedíaz, entre otros.
Destacan además hoteles de diversa categoría, ventas de motos, varios centros médicos, casas de empeño y de cambio.
En la avenida Francisco Solano López, el panorama del tránsito no luce distinto. El transporte público cuenta con una parada frente al Centro Comercial Chacaíto, pero de ahí en adelante se detienen donde lo considera el conductor.
"Si se paran de lado y lado, la avenida queda con 3 canales, y en la tarde la gente baja los vidrios y se cae a gritos para que se muevan por las transversales", explicó Luis Gómez, encargado de un quiosco en la zona.
La fama alcanzó en otras décadas a los restaurantes de comida española asentados en la vía. También los sitios para bailar música tropical. Los usuarios de esos locales deben ingeniárselas para estacionar en un lugar seguro.
Para temer La presencia de funcionarios de las policías Metropolitana, de Caracas y de Chacao no ha frenado la actividad delictiva en ambas avenidas.
Asesinatos, arrebatones y hurtos de vehículos aparecen en la lista de crímenes perpetrados. La situación ha obligado a los comerciantes a ajustar los horarios de cierre e incrementar las medidas de seguridad.
"Las santamarías empiezan a bajarse a las 7:00 p.m. Algo impensable en otros tiempos, cuando la gente venía a pasear en la zona. Los clientes vienen o por fidelidad o por que viven por aquí. Pero la noche es muy peligrosa", admitió Fernando Rosas, encargado de una tienda de computación.
Los vecinos han aumentado las rejas y personal de custodia. "Me han asaltado a media cuadra de mi casa. Antes era un privilegio vivir aquí. Ahora sólo es céntrico", comentó Alejandro Paz, vecino de la Solano.
Briamel González Zambrano
EL UNIVERSAL