15 Abr 2011 Por Lilia Malavé
Se cumplió un mes del plazo que ofreció el alcalde de Libertador para reubicar a los refugiados en 19 hostales
Los damnificados ya conmemoraron Navidad, Año Nuevo, Carnaval y ahora esperan la llegada de la Semana Santa en los mismos hoteles en los que fueron ubicados en diciembre, después de que las lluvias arrasaron con sus viviendas.
La Federación Nacional de Hoteles de Venezuela contabiliza 19 establecimientos utilizados por damnificados entre Caracas y Guatire que, en conjunto, prestan aproximadamente 500 habitaciones para el albergue de los perjudicados por las lluvias. "Hemos dejado de percibir 140.000 bolívares diarios por esta ocupación particular que tenemos", calcula José Alberto Núñez, vicepresidente de la Federación.
Damnificados del Vox, La Mirage, Yare, Bruno, Liana y Savoy, ubicados en el eje comercial Sabana Grande-Plaza Venezuela, manifestaron que desconocen las soluciones habitacionales que el Gobierno podría ofrecerles a corto o mediano plazo.
"Yo creo que en 2012 nos reubicarán", aseguró en tono jocoso un afectado del hotel Vox.
Núñez afirma que han solicitado reuniones con distintos organismos oficiales para exponer la situación que atraviesa el sector hotelero, pero habrían sido diferidas en todas las oportunidades; sin embargo, en marzo la alcaldía de Libertador aceptó discutir con Fenahoven una posible fecha de desalojo de los damnificados, que fue agendaza, pero no se cumplió: "El alcalde Jorge Rodríguez nos dijo que los reubicarían para el 15 de marzo y que el Gobierno reconocería parte de los gastos, para lo cual entregamos evidencias de los costos de la ocupación, pero hasta la fecha no han respondido. Teníamos la esperanza, pero ahora eso ya no existe".
Sin fecha cierta de desalojo, damnificados y dueños de hoteles comparten con resignación la incertidumbre: para unos, abandonar el hotel significa la adjudicación de una vivienda propia por parte del Gobierno. Para otros los hoteleros, la reubicación de los afectados implicaría la recuperación económica que tanto anhelan.
En armonía. La prolongada situación ha llevado a ambas partes a tratar de adaptarse armónicamente a las circunstancias. "No tenemos nada malo qué decir de este hotel. Nos han tratado de la mejor manera posible", expresa una refugiada en el hotel Liana. Hostales como El Bruno y Término han cedido parte de sus áreas para la ubicación de cocinas que puedan ser utilizadas por los damnificados. Igualmente, algunos de estos refugios mantienen sus servicios de aire acondicionado y televisión por cable para estos inusuales huéspedes. Y aunque hay excepciones, como en el hotel Vox donde una refugiada denunció suspensiones abruptas de los servicios de agua y luz que los dueños ejecutarían como presión para que abandonen el sitio, los damnificados manifiestan haber contado con la colaboración plena de los hoteles para acomodarse a las circunstancias.
"Aquí entendemos que ellos no tienen la culpa de esto, porque la naturaleza no distingue a quién castiga. Como parece que el Gobierno no les presta atención porque no se sabe hasta cuándo estarán aquí, los ayudamos como podemos", dijo Alexander Tobila, empleado del hotel Savoy. El resguardo del Estado establece el suministro semanal de víveres, agua mineral y pañales, pero hasta ahora no incluye una solución habitacional definitiva y convincente para los afectados por las lluvias.
En palabras de una damnificada del hotel Savoy: "Queremos una vivienda en Caracas. Hace poco escuchamos que nos asignaron casas en Pueblo Nuevo, cerca de Charallave, pero para allá no nos vamos a ir".
Prometen construir cocinas. Un centenar de refugiados del hotel Savoy, en Sabana Grande, cerró ayer, a las 6:30 am, el paso en la avenida Las Delicias de este sector. Exigieron cambios en el menú que les surte el Estado. "Estamos cansados de comer bollito, pasta y arvejas todos los días. Además, la comida llega tarde y fría", se quejó una manifestante. La protesta, que duró dos horas, finalizó cuando representantes del Ministerio de Alimentación se presentaron en el sitio y se reunieron con los refugiados.
Agentes antimotines de la Policía Nacional controlaban la protesta desde temprano. "Si las autoridades no llegaban lo que nos esperaba era bomba lacrimógena y peinilla", expresó una de las presentes. A su salida del hotel, un funcionario del ministerio declaró: "Traerles comida lista es más complicado. En dos semanas les construiremos cerca unas cocinas para que elaboren su menú. Pronto llamaremos a El Nacional para que tome fotos de la obra que levantaremos".
http://www.el-nacional.com/www/site/p_contenido.php?q=nodo/200141/Ciudad/Salida-de-los-damnificados-de-los-hoteles-sigue-sin-fecha
