…”la felicidad de los malos, es de breve duración”….
Introducción al Libro de Job
Camino hacia Farmahorro de Las Palmas. Dos letreros colocados en los uveros de la avenida, justamente donde se para el camión que vende frutas y verduras, llaman mi atención.
Es una notificación de los señores del camión a su clientela, variada, por cierto. He visto altos funcionarios de este régimen, comprar allí.
Los avisos explican por qué no están trabajando: dicen duelo, viaje al interior y regreso pronto.
Pienso en que, seguramente algún tío o familiar mayor murió en los Andes, región de donde son señores que con su trabajo han creado una empresa familiar.
Aún con mi suposición en la cabeza, viene un amigo a quien le comento lo que estoy pensando.
-No, nada de eso. Es que mataron en La Florida a uno de los muchachos. Salió en el periódico.
Recordé entonces haber leído la noticia, que llamé a varias personas, pero nadie sabe nada.
Ví crecer a los muchachos del camión, conozco a esa familia desde hace unos 17 años; nunca pregunté nombres ni apellidos, ni siquiera cuando los muchachos siendo unos niños me ayudaban a llevar la compra hasta la oficina donde trabajé ubicada a pocos metros de la Av. Las Palmas.
Satán prueba a Job
Estamos como en el relato bíblico, tragedia tras tragedias.
No se recupera Job de la primera, cuando tiene noticia de otra y otras más.
Así estamos los mortales de este país. Dolorosos sucesos en el que los más jóvenes salen en una urna al último recorrido por la tierra.
¡Edison Paredes tenía 28 años de edad! Trabajaba ayudando a su familia con las ventas.
Según El Nacional (22.05.2011) lo asesinaron "por un choque".
¿Y mientras llega el 2012.... qué?
¿Seguimos hablando pendejadas?
¿Es que como no me tocó a mí, no me importa?
Ya fastidia convocar reuniones, a las que asistimos los mismos cuatro pelagatos.
Con todo lo que está sucediendo, deberían aparecer nuevas caras en las asambleas vecinales, en las mesas de votación. Todos voluntariamente a trabajar sin sueldo, por un cambio positivo para Venezuela.
Ahora te toca a ti, vecino, que lo único que haces es quejarte.
Estoy obstinada del quejón, del que ya da todo por perdido, del derrotado a priori.
Mi obstinación la sostendré en seguir luchando por el único pás que tengo, por este desgarrado país en el que la tierra es regada con sangre y abonada con los huesos de los chamos venezolanos.
La arrechera y el dolor por el asesinato de Edison será otro motivo para mi terquedad: sacar legalmente a Chávez del poder.
Pienso, al igual que mi mamá, que convivió con la indiferencia del vecino.
Mi mamá trabajó durante más de 42 años en pro de su comunidad, acompañada de unos pocos que se hacían muchos cuando llegaban los logros.
Y todos satisfechos disfrutaban del trabajo de los demás, olvidando que nada hicieron por conseguirlo.
Descanda en paz, muchacho grande.
Mientras tanto de qué me agarro para creer que ....Dios es quien premia (...) a los buenos y castiga a los malos...
Violeta Morales López