Plaza Venezuela

miércoles, 9 de marzo de 2011

La Florida: Una urbanización a 7 minutos de la Plaza Bolívar - En automóvil -

Una noche, a eso de las 10, Luis Roche, se montó en su Fiat convertible junto con su esposa quien llevaba un cronómetro, y sus 3 hijos en el asiento posterior, para recorrer el trayecto que va desde la Plaza Bolívar hasta La Florida, en Caracas.

Luego de recorrer calles y mas calles a una velocidad moderada pero sostenida, por cuanto no había mayor tráfico en ninguna de las vías, y luego de cruzar Los Caobos y subir la avenida Los Jabillos, el cronómetro marcaba exactamente 7 minutos.

Es entonces que Luis Roche adopta el lema publicitario que encabeza este artículo y que fue el que convenció a muchos caraqueños y extranjeros, habituados a vivir en el centro de la capital, cerca de sus establecimientos comerciales a construir su casa en la campestre urbanización La Florida.

Efectivamente los caraqueños se dieron cuenta que había llegado la época del automóvil y que para algo había que utilizarlo, no solo para hacer viajes a Los Teques, Petare o mas allá, sino que perfectamente se podía emplear unos minutos diarios para ir y venir de su trabajo, y así lo hicieron por muchos años los habitantes de La Florida.


Uno de los atractivos de La Florida fue su Club, con su inmensa piscina y donde se realizaron numerosos campeonatos de natación. Con el tiempo el club dio paso al Instituto Escuela y posteriormente el terreno lo adquirieron los padres capuchinos, orden que erigió en ese lugar la monumental iglesia de la Chiquinquirá y el colegio San Antonio.


Fue en 1924, cuando Luis Roche, después de su experiencia urbanística de San Agustín del Sur, emprende con Juan Bernardo Arismendi la promoción y construcción de esta primera urbanización campestre de Caracas.

Según relata Marcel Roche, en la biografía que hace de su padre, el nombre de La Florida surge del comentario que se hizo en una reunión familiar respecto al viaje de Luis y Beatriz Roche a Europa.

Al ser comunicado este asunto a Laureano Vallenilla, padre, éste queriendo expresar dudas respecto al éxito de la nueva urbanización, exclamó, medio burlón y medio galán “La flor, ida!”.

De allí surge en la mente de Luis Roche el nombre originado por el juego de palabras y queda definido como Urbanización La Florida.

Hoy de aquella plácida, fresca y agradable urbanización queda muy poco. Las solariegas quintas de las principales vías de la urbanización han sido transformadas en comercios y oficinas, y las calles, sobre todo la avenida Los Mangos sirve de conexión ideal hacia la Cota Mil.

De 7 minutos que tardaban los caraqueños de aquel entonces para trasladarse de su casa al trabajo, hoy fácilmente miles de citadinos se toman de ¾ a 1 hora y hasta 1 hora y media para desplazarse diariamente en auto o en autobus hasta la ciudad capital provenientes de las ciudades dormitorio como San Antonio, Guarenas, Guatire, Charallave y otros sitios mas distanciados.

Tomado de: http://www.automotriz.net/historia/la-florida.html

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